Extracto de la Monografia de Tuxpan
Se afirma que en todo lo que fue la Nueva España hasta 1760, ya habían quedado para memoria de la creatividad misionera en que se conjuntaron el arte, la espiritualidad y el románico esfuerzo, hasta 13 000 monumentos religiosos que siguen exhibiéndose como páginas abiertas — el alma mexicana en mezcla de indios y españoles — en que se sigue leyendo no sólo el gusto por lo helio, sino la edificación suntuosa para complacer a Dios, tal como lo considera Taylor Caldwell en su novela “La Columna de Hierro”: “Se erige la mejor arquitectura cuando el arquitecto levanta templos considerando cómo aparecerán a la vista & Dios y no cómo aparecerán a la vista de los hombres. Los edificios que sólo han sido creados de acuerdo con la naturaleza de los hombres son groseros, reflejan las necesidades de su cuerpo y no las necesidades del alma”.
El templo de Tuxpan, es, por suerte, una de tantas joyas nacionales, obra principesca — digámoslo así— en que la dádiva munificente de don Manuel de Orozco primero, años después la de un hermano suyo vinculado con los Condes de Miravalle, la hicieron posible tras una jornada de 111 años - de sucesivas transformaciones, hasta que su último arquitecto, don Pedro de Arrieta, plasmó en él todo el estilismo arquitectónico de su tiempo. Su gusto interior es abiertamente románico, con rasgos de clásico italiano y dórico francés; el exterior es barroco, el más pujante barroco sobrio de Michoacán, sin competir con la arquitectura barroquiana tan difundida en Morelia; así lo afirma Elisa Vargas Lugo en su libro: “Las Portadas Religiosas de México.”“En el pueblo de Santiago Tuxpan existe una iglesia que es la obra barroca más importante del Estado, fuera de las obras de la capital”.
En la misma obra citada Vargas Lugo sigue diciendo: “Esta iglesia debió ser una de las primeras de Arrieta, pues es aún muy clasicista, lo que la coloca muy al principio del barroco. Las pilastras que emplea en la portada solamente las volvemos a ver en el Palacio de la Inquisición, obra suya. .“ Más adelante prosigue: “… las ventanas, por ejemplo, son exactamente iguales a las de la portada del crucero de la Catedral Metropolitana — mucho en parte obra suya…“ “La portada capitalina que más se asemeja a la portada de Tuxpan es la de la iglesia de Belén —también arquitectura arrictista—, cuya ventana es igual en su enmarcamiento al relieve tuxpeño...“
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