lunes, 7 de julio de 2008

Nota de Miguel Carrillo "Pinocho"

Nota Proporcionada por la Direccion de Comunicacion Social del Municipio de Tuxpan


CONCLUYEN LOS FESTEJOS POR CEL CENTENARIO DEL NATALICIO DE MIGUEL CARRILLO AYALA "PINOCHO" CAPITAN PRIMERO PILOTO AVIADOR

Tuxpan Mich, a 7 de julio de 2008.- Con éxito se llevan a cabo las actividades de la conmemoración del centenario del Capitán Primero Piloto Aviador a quien los tuxpenses recordaron el pasado domingo.

El día comenzó con la inauguración de la exposición fotográfica que el sindico Juan Ortiz Mejía hizo a nombre del presidente. Esta se instaló en el patio del templo de Santiago Apóstol del municipio. En esta exposición se colocaron fotografías recreando aquellos aNos en donde aquel avión construido con la maquina de un motor ford 34 y dos palos de oyamel volara por los aires del oriente y el estado de México. Se colocaron fotos de la ruta de sus vuelos, de sus aterrizajes y recibimientos tanto en Tuxpan como en Zitacuaro y de la gente que siempre lo apoyó, su biografía también fue exhibida así como cartas enviadas por sus familiares para los tuxpenses.

Estuvieron presentes también los Regidores del Ayuntamiento, algunos directores y funcionarios, el Ing.. Arturo Martínez Nateras Expresidente del municipio, y en representación de la familia Zepeda el seNor Octavio Zepeda.

En sus palabras el sindico dijo fue una satisfacción muy grande estar en ese momento recordando a un grande personaje de quien los tuxpense se siente ya que para algunos era un personaje desconocido y que ahora se sabe de sus historias es un emérito Tuxpense.

El Ing. Arturo Martínez hablo un poco sobre la exposición, el material que se reunió y las personas que colaboraron para que se llevará a cabo tal exposición. Por ultimo mencionó que donde no hay historia no hay presente ni futuro, es por tal motivo que se alla recordado a Miguel Carrillo Ayala.

El día seguía su curso y a las 5 de la tarde ya se encontraban reunidos en el palacio municipal los invitados para realizar la Sesión Solemne donde también se develaría la placa. Reunidos el presidente municipal, regidores, expresidentes, encargados del orden e invitados especiales, en sala de Cabildo comenzaron las palabras del presidente quién agradeció antes que nada al Ing. Arturo Martínez Nateras el haber sido el principal gestor para que se conmemorara tal fecha. Preguntó a los presentes si sabían quién había sido Miguel Carrillo Ayala, no solo aquel personaje quien adoptó el nombre de "Pinocho" sino aquel que voló con el pensamiento y físicamente que logró conquistar espacios e hizo algo inalcanzable que no cualquier hubiera logrado, esto con esfuerzo y gran sacrificio. En su memoria solicitó se dedicara 1 minuto de silencio al tuxpenses que sobresaliera con semejante logro.

Continuando con el programa los invitados se trasladaron al descanso de las escaleras en la parte izquierda del palacio municipal donde se encontraba ya colocada la placa que sería develada. Ay el presidente recorrió las cortinas y entonces los presentes aplaudieron gustosos de esta nueva colocación que honra al pueblo de Tuxpan Michoacán.

Terminando la develaciOn se ofreció un brindis para los invitados para posteriormente reunirse en el Templo de Santiago Apóstol en donde la Sinfónica de Acapulco hizo presencia por primera vez en el municipio. Entonces comenzó el concierto pasadas las 8 de la noche para lo cual el Templo ya se encontraba abarrotado de gente que esperó con gusto para deleitarse de este bonito y placentero concierto que duro alrededor de una hora y media donde se tocaron temas populares, polkas, . Al final de manos del presidente se les hizo entrega de un sencillo reconocimiento el cual dijo el presidente "No se compara con lo grandes que son ellos y talentosos" Este concierto para el publico presente fue de gran satisfacción y ademas también para el director de la Orquesta el maestro Eduardo Alvarez quién se veía contento con el publico asistente y ademas dijo con gusto regresarían a Tuxpan.

Para concluir el día se ofreció una cena a los integrantes de la sinfónica e invitados quienes disfrutaron de una charla amena.




Leyendas

Informacion Extraida de la Monografia de Tuxpan, Michoacan, Disculpenos si hay errores de ortografia u otro tipo :)

“EL PUENTE DE EL MAYORAL” (Leyendas)

Leyendas del siglo XVIII

El 19 de diciembre de 1727, la señora Condesa de Miravalle, entró en posesión de los bienes libres heredados de su madre doña Antonia Francisca de Orozco. Al hacerlo así tomó las disposiciones necesarias para mejorar sus residencias para los días en que buscando el descanso, resolviera venir, ya fuera desde Compostela o México, a pasar en Tuxpan algunas temporadas.

Entre las disposiciones tomadas, dado que con frecuencia se tenía que emplear el Camino Real rumbo a Valladolid, Guadalajara y Compostela, ordenó la construcción de un puente más arriba del que había hecho construir su abuelo el Sr. Capitán D. Manuel de Orozco Tovar cuando los frailes que aliñaron el viejo pueblo, tenían necesidad de aquel puente para dar la ampliación al camino que para carretas y diligencias dispuso el señor virrey de Mendoza.

Este puente de origen romano, con sus arcos y su combada bóveda, fue lo que hasta 1950 fue conocido con el nombre de Puente Viejo, ya muy destruido, colocado en sitio umbroso y sobre la precipitada corriente del río que en riadas atronadoras se estrellaban las aguas del río contra los peñascos negros y lustrosos. Una calzada llevaba desde la Estancia hasta la base del cerro para entroncarse con el camino real.

Durante la construcción de ese puente tuvieron lugar los hechos que dan forma a la leyenda de El Puente de El Mayorai. Estaban al servicio de la Condesa dos personas, mujer y hombre, entre otras muchas: una india purísima y bella, ejemplar de su raza, llamada María Urápite, quien sólo tenía por familia a un indio más que nonagenario, que vivía solitario en un lugar del antiguo Tupa; el otro servicial era un garrido mozo de unos 20 años, mestizo de india y español, que había robado a su padre con la hermosa presencia física, el azul de los ojos y el rubio de sus cabellos. La primera, María, de 17 años, aparte del servicio doméstico en la finca, cada vez que la Condesa venía a la Estancia, se convertía en la persona de confianza para sus atenciones íntimas; en cuanto a Hernando, Hernando Orozco, el garrido muchacho, era el Mayoral, empleo que lo ponía al cuidado de todo el ganado de la hacienda que generalmente estaba confinado en el Agostadero, hoy Agostitlán.

Con el trato común, pues Hernando sin familia alguna vivía en la Estancia, nació entre María y él un romance inocente de purísimos amores, ‘amores que el viejo Santiago Urápite aprobaba, ya que aparte de ser muy recomendable el pretendiente de su nieta, llevaba él en el alma la angustia de morir el más inesperado día dejando sin abrigo conveniente a la dulce María, el encanto de sus ojos y el sostén de su vejez, y nadie mejor que el honradote Hernando podría prodigarle la protección y el cuidado que el viejo anhelaba para su “pequeña” —como él la llamaba.

Así las cosas, Hernando empezó a notar que era objeto de privadas atenciones por parte de la Condesa, de ciertas insinuaciones provocativas, de un vivo interés por recibirlo a solas en su despacho. El prenuncio de una maladada inclinación hacia su persona, Hernando la empezó a intuir cuando la poderosa mujer no soslayaba sus ardientes miradas y sus palabras poco honestas, obligándolo a huir de ella mientras más podía.

Pensando la Condesa en la postura del joven, dio en cavilar hasta encontrar los motivos: Hernando tenía novia —no cabía duda—, y esa novia era su fiel criada María Urápite. Se propuso descubrirlo para confirmar su sospecha, pues el celo, su orgullo de mujer, el desaire, empezaron a corroer su alma.

Un día en que María le hacía el tocado a su ama a solas en la recámara de ésta, con exquisita prudencia y con sentimientos melosos la Condesa entabló el siguiente diálogo:

—A propósito de la vida, hija, a tu edad me parece que ya es tiempo en que pienses casarte, en formar un hogar. ¿Ya tienes novio?

La sonrojada india, creyéndose descubierta, respetuosa y a la vez amilanada, sobrecogida de improviso, titubeó sin dar respuesta, cosa que era una verdadera confesión para la aguda dama ya tan entendida en amores. Presionó.

—Anda —continuó la celosa mujer. Cuéntame. ¿Qué pasa en tu alma, qué sientes en tu corazón cuando el color sube a tus encantadoras mejillas? No tengas miedo en confiarme las intimidades de tu alma. Tú no tienes madre, yo quiero ser ella para que me confíes tus secretos. ¿Quién es el feliz hombre que te tiene enamorada, que te ha robado ese corazón tan puro, sencillo que irradia perfume de virtud?

—Señora, ama mía.

—Anda, deja de peinarme. Colócate frente a mí, quiero mirar en tu rostro, en el fondo de esos tan bellos ojos la pasión que te tiene rendida. Habla, no te pasará nada. Es más, si de verdad ya has pensado en casarte, aunque lo sentiré mucho que te vayas de mi lado, yo te prometo regalarte el vestido de bodas. Anda, dime, ¿quién es él?

Y al preguntar esto acariciaba la barbilla de María, le alisaba el cabello. Con aquellas caricias se inflamó el corazón de la inocente india, que se perdía en un placer que le dejaba la mano perfumada y suave de su ama y el febril recuerdo ilusionado que hacía palpitar su corazón, pensando en su Hernando. Al fin habló.

—Es Hernando, señora, Hernando su Mayoral.

—Ya me lo figuraba, mi tortolita. Te felicito por tu elección. Es un buen muchacho, se merecen ambos. Ven, acércate, dame un abrazo.

Toda cohibida, María se aproximó a su ama y se arrojó entre los brazos que ella le tendía, descansando su cabeza en el pecho de aquella soberbia mujer, que mojó con lágrimas de felicidad. Pero María lo pudo ver el torvo gesto de la dama, la ira reflejada en sus ojos y en lo apretado de sus labios. María lloraba, la Condesa admitía en su alma negra la resolución de impedir aquellos amores para vengarse del desdeñoso Hernando a quien de inmediato hizo venir a su despacho por conducto de la misma María, que radiante de felicidad fue a contárselo todo a su guapo novio.
Ya en presencia de ella, con sobresalto y timidez, el Mayoral se dispuso a escuchar a su ama, quien le mandó sentarse frente a ella, hecho inusitado que acabó por hacer temblar sus almas pues bien colegía la mirada sensual con que lo estaba mirando aquella mujer.

—En adelante —empezó ella— pondré a tus órdenes un auxiliar para tu trabajo. Yo necesito tu presencia en casa “día y noche”, sobre todo en la noche, en que bien me hace falta la compañía de un hombre como tú.

—Eso no puede ser, y perdóneme que se lo diga, mi señora ama —dijo Hernando poniéndose de pie—. Mía es la responsabilidad de su hacienda y no quiero dejar en manos ajenas, tal vez irresponsables, el cuidado de sus ganados.

—¡Pues yo lo quiero y lo mando! —gritó descontrolada la fácil iracunda dama, dando un fuerte golpe sobre la mesa de su escritorio.

—Pues en tal caso, perdóneme, renuncio desde este momento a mi trabajo.

—Tampoco lo hagas, o te atienes a las consecuencias.

—¿Qué puedo esperar? No soy esclavo, sirvo en su casa como hombre libre.

—Tú tienes amores con María, en ella me vengaré de tus desdenes haciendo que te odie.

El ser entero del Mayoral se sobresaltó ante este anuncio. Aquella mujer, lo sabía, era capaz de todo. Recapacitando entonces, le dijo:

—Bien. Lo pensaré con calma. Esta misma tarde le resuelvo.

—Lo harás así, porque de otra manera mañana ya será tarde.

—A qué se refiere, señora. .

—Hay una noche de por medio. Yo puedo hacer que María no llegue virgen a tu boda.

—¿Sería capaz de hacerme tanto daño?

—Acepta ahora mismo y te verás libre de congojas.

—Ya vuelvo —dijo Hernando—, saliendo frenético de aquel lugar y maldiciendo en su alma tanta bajeza de aquella mujer tan linajuda.

A esa misma hora fue a verse con el viejo Santiago, a comunicarle el peligro que corría su hija, la amada nieta. Ambos decidieron entrevistarse en Tuxpan con el superior del convento, que lo era entonces Fr. Nicolás Díaz Barriga. De acuerdo los tres, resolvieron rescatar aquella misma tarde a María valiéndose de la autoridad civil, quien cancelé el servicio de la muchacha en la casa condal, una vez que tampoco era esclava y había severas leyes para la protección de los indios.

La rabia de la Condesa hizo tempestad en la finca. A calmarla vino una carta de México donde se le pedía su presencia inmediata para asuntos improrrogables, pero antes, para colmar su fastidio, tuvo que aceptar la renuncia de Hernando y la separación de María. La Condesa salió otro día a la capital, mientras los novios empezaron a tramitar su boda.

Han pasado los meses, tantos, que ya estaba a punto de llegar el primer retoño de la simpática pareja. La Condesa no daba trazas a regresar, las obras del puente se habían detenido y las cosas, en general, estaban en paz.

Inesperadamente vuelve la Condesa a Santa Catarina acompañada de familias capitalinas que venían en busca de descanso, encontrando tres cosas que ie contrariaron enormemente: el matrimonio de María y su adelantado embarazo; la suspensión de las obras del puente y el desorden y pérdidas en sus ganados. Valiéndose ahora ella de los religiosos, consiguió la Con. desa que Hernando volviera a su puesto de mayoral, pero guardando dentro de su perverso corazón el vil deseo de destruir la felicidad de aquel hogar, haciendo irreparables daños, si era preciso, en la criatura por llegar. Las obras del puente continuaron.

Era domingo, dentro de los días en que la Condesa y sus invitadas estaban de descanso en la Estancia, un domingo de tarde primaveral, fresca y tranquila. Estaba Hernando descansando de su trabajo y de visita con María en la casita de su suegro abuelo. Los dos y el viejo Santiago se habían arrimado a la orilla del río, muy cerca del sitio donde estaban levantando el puente; fresnos frondosos daban sombra. El murmullo del río adormecía con la brisa que escapaba de la riada; sobre el pasto estaban sentados los tres; el indio fumaba, Hernando y María se recreaban viendo pasar la corriente.

De pronto aves de mujer hicieron música del silencio; eran la Condesa y sus visitas que bajaban por el áspero sendero hacia el río en dirección del puente. Llegadas a él, la Condesa empezó a hablar de la obra, de su arquitectura, de su objetivo; en esto su mirada escrutadora descubrió a los tres personajes que tan directamente le tocaban en sus malsanos pensamientos; hizo un gesto de ira, pero con hipócrita alegría les hizo un saludo, los tres contestaron a él poniéndose de pie. Pensando en llegar a ellos, la Condesa se atrevió a dar unos pasos sobre la armazón del puente; viendo que el piso estaba seguro, se propuso pasar al otro lado invitando a sus amigas, pero éstas se abstuvieron de seguirla. Ella quería llegar, mirar de cerca a sus presuntas víctimas y se adelantó volviendo de vez en cuando la cara hacia sus amistades insinuándoles que la siguieran.

Una racha de viento agitó su amplia falda, ella siguió andando, pero el vestido se había encajado en un clavo saliente, ella se sintió detenida, trastabillando a la vez. Estaba precisamente en medio puente, sintió pavor, quiso apoyarse en un saliente de madera, éste no soporto el peso, se dobló, llevándose con una parte de la armazón de los pasantes a la Condesa quien cayó al fondo del río perdiéndose de momento entre las aguas.

Un grito de angustia resonó de ambas partes. Hernando que miró el peligro que corría su ama, sin pensarlo se arrojó al agua, aprisionó con un brazo a la aturdida Condesa y nadando corriente abajo, logró salir con ella hacia la orilla.

Todo había sido cuestión de instantes. Un remojón y el susto fueron los daños que sufrió la Condesa llevada en brazos por el garrido Hernando hasta un lugar conveniente, y los síntomas de parto adelantados por la impresión del accidente. Criados de la hacienda vinieron corriendo para llevarse a su patrona; criadas de la misma se llevaron a María a la casa de su padre abuelo, donde rato después daba luz una encantadora niña, toda parecida a ella, pero con los ojos y pelo de su padre. Todo, pues, después fue regocijo en la Estancia porque la Señora ya estaba bien; felicidad en la casita de Santiago por el feliz arribo de la bisnieta. Los secos brazos del anciano sentían ya el peso de su hija al mecerla cuando a la criatura le reclamara el sueño.

Otro día, lunes por la tarde, sucedió lo nunca esperado. Llevada por sus sirvientas, la señora Condesa se presentó en el humilde aposento de María. Ahí estaban el Mayoral y Santiago.

—Quiero hablar a solas con ella —dijo.

Los presentes hicieron una caravana y salieron, alejándose hasta la cerca de nopales. Ya solas, la Condesa dijo a María:

—¿Te asustaste mucho?

—No fue poco, Señora.

—Pero gracias a Dios y a tu esposo nada ocurrió, si no fue la prematura llegada de tu hija.

—Era la hora de Dios.

— ¿Me permites verla?. . . ¡Vaya, si es otra María!

—Eso dicen.

— ¿Me guardas rencor, María?

—Mejor callemos, Señora y ama mía.

—Yo puse los ojos en tu novio y quise hacerles mucho daño.

—El Señor nos ha enseñado a olvidar y a perdonar.

—Eres muy generosa, María. ¿Puedes concederme un gusto?

—La señora dirá.

—Quiero ser la madrina de tu hija, a quien le pondrán Antonio Francisca, como se llamaba mi madre.

Y un suspiró con lágrimas escaparon de aquella alma atormentada. María tomó una de sus manos, la llevó a sus labios, mojándola con su llanto enternecido.

—Hasta el día del bautismo, María, hasta ese día. Yo te haré llegar el roponcito —terminó la Condesa aún con gemidos reprimidos.

—Gracias, Señora. No cabe en mi pecho tanto honor.

—Calla, hija, poco es eso para reparar tanta culpa que llevo en el alma.

La Condesa salió porque ya no podía más. Una lección, la humilde lección de una india, la honradez de un amante esposo y la venganza del mismo que pudo dejarla morir, habían abierto la herida en ese corazón endurecido y fiero. . - Dios tocaba su alma.

Fuera la esperaba Hernando.

— ¿Quieres ayudarme a pasar?

—Vamos, Señora —fue toda la respuesta de Hernando.

Ya en el camino:

— ¿Nada tienes qué decirme?

La callada fue la respuesta.

—Eres todo un hombre, Hernando. ¿Dijiste algo a tu esposa?

—Ella lo adivinó desde antes de casarnos.

— ¿Me guardas rencor?

—Para usted, Señora ama, todo mi respeto.

—Gracias Hernando; y sepulta en tu pecho aquellas mis tristes debilidades.

—Las he sepultado en los ojos de mi María.

— ¿Mucho la amas?

—Menos que a Dios, pero más que a todo el mundo.

—Bendita mujer que el Señor te dio. ¿Sabes que María ha consentido en que yo sea la madrina de esa niña que les ha nacido?

—Los deseos de mi esposa son los míos.

—Gracias, Hernando. Dame tu mano. .. Siento escalofrío y.

—Olvídelo, Señora.

Ya ambos del otro lado.

—Gracias, Hernando, y hasta el día del bautismo. Que sea pronto porque yo tengo que marcharme.

—Cuando usted, Ama, lo disponga.

—El próximo jueves. ¿Está bien?

—Muy bien, si así lo dispone.

—Adiós, Hernando.

—Que Dios la acompañe, Señora.

La Condesa volvió la espalda. Hernando se quedó mirando a aquella mujer, cuya silueta se dibujaba en el sendero enmarcado por los matones cubiertos de flores. Era mujer, tenía cuerpo; hasta entonces el perfume que ella dejara incitó su carne. . . ¡Y pudo ser mía. . .! —Se dijo.
Y como si la tentación le embargara el alma, volvió rápido a repasar el puente, pero un grito de la Condesa le contuvo haciéndole volver el rostro.
. . –

— ¡Eh, Mayoral! —Cuando el puente esté terminado llevará el nombre de Puente del Mayoral.
La Condesa se hundió en la vuelta del camino; Hernando, dando un suspiro en que arrojó la tentación obstinada en aquel momento, como veneno que corroe la entraña, entonó -una canción y voló al jacal de don Santiago donde lo esperaban los labios pálidos pero húmedos y suaves de su hermosa María.

Barranca en Potrero Verde, La Soledad. La Peña de la Mula. Estas son las marcas que sitúan la presencia de un tesoro sepultado por los franceses a su paso por la orilla del desfiladero el 2 de septiembre de 1866. El dinero de varias mulas cargadas con monedas de oro y plata fueron sepultadas por el pagador del ejército en la premura por escapar del enfrenta miento con los chinacos de don José Ma. Alzati. Inútilmente se ha buscado. Su leyenda se la ofrecemos al lector.


“Puente Viejo” “Puente de Santa Catarina” “Puente del Mayoral”


LA PEÑA DE LA MULA

Leyenda
Fue el lo. de septiembre de 1866. Día memorable en la historia de la intervención francesa en el oriente michoacano. En tal fecha, el general Aymard salió de Zitácuaro rumbo a Tuxpan comandando la última columna de gavachos —apodo que en México se dio a los franceses— que abandonaban para siempre las hermosas tierras del Valle de Quensio que significa: “lugar de palomas”.

Dadas las órdenes por el Comando Supremo del Ejército Expedicionario, el Mariscal Lorencez Aymard había tomado el atajo que de Zitácuaro conducía a Jungapeo para evitarse encuentros con tropas republicanas por el camino Real, así, en Purúa cortó por el viejo camino de Calleja para pasar por La Soledad, llegar al puente de Santa Catarina y tomar el Camino Viejo por el Rincón de Sánchez. Para su desgracia, al pasar frente a Patámbaro, el guerrillero chinaco D. José Ma. Alzati lo esperaba al pie del cerro de La Tortuga con sus hombres para darle la despedida. Pronto se entabló el combate de un lado a otro de la barranca. Fusiles, metralla y cañones nublaron de humo el espacio. Los chinacos trataban de impedir el paso de los franceses; el nutrido fuego que aquellos hacían detuvo horas el convoy que con gran impedimenta conducía también una fuerte cantidad de dinero acumulado, que pensaban ilusionados sacar del país.

La refriega fue dura aunque no sangrienta. En medio de la confusión, por la sorpresa y la inquietud por alejarse de esos lugares, pues había prisa de llegar a Maravatío, donde tendría que unirse a otra columna, el general Aymard ordenó la batida en retirada mediante avanzadas que les cubrían el fuego. De esta manera el pagador del ejército Joseph Gautier, previendo un desastre o una huida que dañara lo que en 36 mulas conducía, o bien pensando avaramente en un mañana, sin consultarlo, hizo cavar un hoyo profundo al pie de una peña, que hoy es conocida con el nombre de Peña de la Mula, donde hizo depositar el tesoro encomendado a su cuidado; hecho esto, mientras atronaba el cielo con los nutridos disparos por ambas partes, trazó un croquis del lugar, dejó las mulas sueltas, y escapó ya casi a punto de ser acorralado por los valientes chinacos, que percatándose de sus maniobras, habían cruzado el barranco para apoderarse del -dinero. Una carga inesperada por parte de la retaguardia francesa los obligó a retroceder; fueron seguidos hasta el fondo del barranco; para escapar se vieron obligados a tomar el cauce del río en una distancia de dos a tres kilómetros; volvieron a treparse en la empinada cuesta para unirse a su compañía. El fuego siguió intenso, los franceses consumían pólvora y cartuchos en frenético desquite por la obstrucción del camino; de esta manera el capitán Alzati, a su vez, emprendió una retirada en orden a Patámbaro; por este lugar a Las Anonas, habiendo bajado hasta Jungapeo, de donde tomó el camino de Zitácuaro de donde envió al Gral. Vicente Riva Palacio su célebre mensaje anunciando la escapada del enemigo.

Los movimientos del ejército republicano, para hacer su gran concentración en la capital del país para celebrar su triunfo, obligaron a los testigos del entierro fabuloso de aquellos dineros a dejar, para un después, el volver a Potrero Verde y hacerse del tesoro, que jamás llegó. Pasaron meses y años, fueron muriendo uno a uno; el último en quedar, ya viejo y achacoso, regresó a Patámbaro sin revelar a nadie su secreto. Un día localizó el lugar, pero impotente para cavar, se concretó en gravar la peña los signos que se observan en el diseño que antecede a este relato. No pudo hacer más, pero en sus postreros días relató a sus hijos aquel hecho del lo. de septiembre de 1866. Camilo Coria, que así se llamaba el antiguo soldado, murió sin lograr disfrutar de aquel dinero. Sus hijos trataron de sacarlo, no dieron con él; otros muchos con los años trataron de hacer lo mismo sin obtener otra cosa que sudor y demasiada fatiga.

Setenta años después de los hechos referidos, vino a México un ciudadano francés trayendo en sus manos el croquis amarillento que situaba el preciso lugar del enterramiento, pero no pudo llegar a Tuxpan por haber sufrido un accidente de tránsito, viéndose obligado a regresar a su patria para encomendar a otro familiar el cuidado de sacar el dinero que el bisabuelo les había dejado en La Peña de la Mula, lugar que así dieron en llamarle al hablar de este tesoro. Nadie pudo venir más. Un suizo, don Carlos Bulher, obstinadamente puso muchos hombres a trabajar en tal sitio sin obtener otra cosa que disminuir peligrosamente su corto capital.

Y la leyenda de este tesoro sigue en pie hasta hoy día. Hombres y gru. pos de hombres se han presentado en la región, han hurgado con aparatos tratando de detectar el tesoro, sólo un comentario tienen: “Los aparatos marcan la presencia del dinero, pero está el Diablo en posesión de ese tesoro”, y se van.

El dinero sigue allí, dice un vecino del lugar, porque han equivocado el sitio. No falta quién haya consultado con la guija o en el medium espiritista; algún otro ha encomendado la suerte del tesoro a los gurúes y pedido que les sea cambiado el tesoro a sitios más accesibles. Potrero Verde en la Barranca de La Soledad es un profundo desliz, una grieta gigantesca abierta hace miles de años por un fenómeno telúrico de espantosas proporciones. Chaparrales, zirandas, guajes y tepeguajes cubren el sólido lugar, sin embargo, hacia el fondo, se forman exuberantes vegas donde hay siembras, platanares y otros cultivos.

Tres cosas evidentes quedan de un hecho histórico: La Peña Baleada con diez impactos de cañón al pie del cerro de La Tortuga; la Palma Baleada también tocada por balas de cañón en Los Mogotes, arriba de la Soledad, y las marcas bien definidas de una mula y dos signos como de fierros para marcar ganado. Además, muchos refieren, han visto arder con grandes flamas azuladas, han escuchado atronadores disparos y angustiosos gritos de batalla en las noches obscuras. Entonces aúllan los perros y lloran los cancinos coyotes. Es el Demonio; se persignan las mujeres, o brujos malintencionados que saben dónde está el tesoro y avaramente lo guardan para ellos. Un viejo solitario, un buscaminas ha dicho: “Yo ya sé dónde está ese inmenso tesoro: todo mundo escarba al pie de la peña, a sus lados, pero el dinero se encuentra a una distancia de ella, hacia arriba, es muy peligroso sacarlo, prefiero seguir viviendo pobre”.

LAS GRUTAS QUE PERTENECIAN A TUXPAN

LAS GRUTAS (PERTENECIAN A TUXPAN)

La localización de su entrada no se ubica dentro del municipio de Tuxpan, sino en el de Hidalgo, pero existen tres de ellas en el valle: en la cocina de la casa cural, en la casa de la familia Nateras Arteaga y en terrenos libres de la exhacienda de Santa Catarina.

Esta gruta, enorme, de muchos kilómetros, desde Huaniqueo tiene bifurcación hacia el norte hasta Irimbo; hacia el Sur hasta Púcuaro. Es obra de la naturaleza y de existencia milenaria. Su exploración ha alcanzado una distancia de no menos de medio kilómetro; su oquedad de negrura impresionante, diluye toda luz e impone miedo. Los pasillos de una sala a otra hay que caminarlos a rastras, ofreciendo bifurcaciones numerosas como dédalos, que es donde se ofrece el peligro e intimida. Las entradas citadas en el área de Tuxpan ofrecen cómodos caminos donde a la vez pueden caminar desahogadamente tres mulas cargadas, según la información que se obtuvo de gente que en servicio de la Condesa penetraron a esos antros. Nombres de los informantes fueron: Luciano Maya, Andrés Pérez, Fortino López, Sabás Mejía y Valente Beltrán.

Ya va para un siglo que esta caverna no ha sido transitada. Sus puertas han quedado cubiertas por la construcción, el escombro y el aluvión. Su redescubrimiento originaría una atracción turística incalculable, pues a su misterio leyéndico se aduna el camino discreto y solitario de una dama que gustaba de mostrarse aparecida en los sitios menos esperados. Religiosos del antiguo convento penetraron a esto que la tradición llama “túnel”, gracias a la muestra que de él hicieran ios indígenas que hablaban de prolongaciones muy distantes: Tuxpan a Ziráhuato, Ziráhuato a Zitácuaro, Zitácuatro, a México, leyenda de que se ocupa el Lic. Eduardo Ruiz en su libro “Tradiciones y Leyendas dé Michoacán.”

La Condesa de Miravalle

Informacion obtenida de la Monografia de Tuxpan

ESTAMPA DE UNA MUJER

a) EL CONDADO DE MIRAVALLE

“Don Carlos por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Cecilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algraves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, Bravante y Milán, Conde de Habsburgo, de Flandes, Tirol y Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc. Por cuanto teniendo atención á la calidad, méritos y servicios que concurren en vos Don Alonso Dávalos Bracamonte, Canciller Mayor del Tribunal de la Santa Cruzada de mi Reino de Nueva España. Por Decreto señalado de mi Real mano de treinta y uno de Octubre de este año, os he dado merced de Título de Conde de Miravalle, para vos y vuestros herederos y sucesores, relevándolos perpetuamente las Lanzas que debía de pagar vos y los dichos vuestros herederos y sucesores por razón de este Título y de la paga de la Media anata que debéis tan solamente por vuestra persona respecto de haber dado satisfacción ese dinero de contado, lo que uno y otro importa más servirme en esta conformidad, es mi voluntad que vos el dicho Don Alonso Dávalos Bracamonte y vuestros herederos y sucesores, cada uno en su tiempo perpetuamente, para siempre jamás, os podáis llamar é intitular, y os llaméis e intituléis, llamen é intitulen, y os hago é intitulo Conde de Miravalle

Es esta la parte inicial del documento expedido por el rey Carlos II de España en la ciudad de Madrid el 18 de diciembre de 1690, para crear el Condado de Miravalle, y no Carlos V ni ningún otro rey. (Texto tomado de “Historia de las Genealogías más antiguas de México”, escrita y recopilada por D. Ricardo Ortega y Pérez Gallardo.)

La dinastía se inició con el matrimonio que hizo D. Alonso Dávalos y Bracamonte con Doña Catalina de Espinosa Montero e Hijar el 18 de enero de 1671 — Libro 9, fojas 91, acta S-n. del Archivo de la Parroquia de la Asunción, Sagrario Metropolitano de la Catedral de México.

Dos documentos que gentilmente fueron enviados al autor por el actual Sr. Conde de Miravalle D. José Luís Pulido residente en la ciudad de Granada, España, tenedor con su esposa doña Carmen del título de referencia, podemos situar la autenticidad de este derecho nobiliario en la persona de nuestra Condesa de Tuxpan:

1. “El veintitrés de Noviembre de mil setecientos cincuenta y ocho. La Señora Doña Maria Catharina Davalos y Orozco, Condesa de Miravalle, gentero en la Real Caja de esta Corte Un Mil doscientos veinte y dos pesos un tomin y dos granos, que el Señor don Pedro Davalos su Padre causó al Real Tesoro de Media-anata por la sucesión en línea de este titulo de Conde de Miravalle (que obtuvo), da cantidad es la correspondiente á los setecientos cincuenta ducados, que según regla de esta Corte están estimados por las sucesiones en línea de los Títulos de Conde, ó Alarques, en que están incluidos ciento ochenta y seis pesos un tomin y un grano de su conducción a España al 8 por 1.00 y el billete de su regulación glosado queda en esta Contaduría de mi cargo . . . Y en certificado de lo cual y para que conste donde convenga doy la presente en México en dicho día, mes y año. Manuel Ruiz Jano. Rubricado”.

2. “Copia de Carta que escribí al Rey mi Señor y como se debe pedir. Señor. Por los documentos conque da cuenta a Vuestra Magestad el Virrey de esta Nueva España es constante recaer en mi el Titulo de Conde de Miravalle Por lo que humildemente suplico a Vuestra Magestad se digne conferirme la continuación de honores, y preeminencias, y de mandarme expedir carta de sucesión de Titulo, y Vinculo. Nuestro Señor Guarde la Catholica Persona de Vuestra Magestad muchos años. México Septiembre 24 de 1777. Justo Alonso Dávalos BracaTnont. Rubricado”.

Este D. Justo Dávalos Bracamont fue el hijo primogénito de la Señora Condesa Dolía María Magdalena Agripina Catalina Catarina Dávalos Orozco y Bracamonte, casada que fue con el Sr. Capitán D. Pedro Trebuesto Alvarado y Horcas ita. Dentro de este Condado la dinastía ha llegado hasta la XII Condesa cuyo retrato aparece en las páginas de esta monografía. La Condesa de Tuxpan fue en la dinastía la III; su señora madre, nacida en la hacienda de Santa Catarina, bautizada y casada en el mismo lugar, fue Doña Antonia Francisca de Orozco Castilla y Orendain Riyad ene yra. Murió como su hija en la misma hacienda y ambas fueron sepultadas en la Cripta Condal.


b) EL MAYORAZGO

Dos autores nos hablan en particular de esta costumbre de los tiempos modernos del dominio casi universal de España, la entrega del patrimonio familiar al hijo primogénito de la familia llamado Mayorazgo: D. Manuel Romero de Terreros en su libro “Las Antiguas Haciendas de México” y Guillermo Fernández de Reca en la suya intitulada “Mayorazgos de México”. Para reafirmar el conocimiento de este tema en relación con el Condado de Miravalle, hubimos de acudir al Archivo General de la Nación en su Ramo de Vínculos y Mayorazgos, tomos 83, 84, 85, 88 y 94.

Resumiendo el contenido de toda la información, concretamos: Entre los años de 1551 y 1557 Don Luís de Velasco concedió merced de Tierras a Doña Ana Macías y a D. Juan de Andrade su esposo, en terrenos de lo que hoy es Tlalnepantla. Allí fundaron su Estancia a la que llamaron hacienda de La Encarnación.

En 1563 vendieron la propiedad a los esposos D. José Alvarado y Argüello y Doña Teresa Ponce de León. Ellos, a su vez, se deshicieron de la propiedad en 1614. Por sucesivos traspasos la hacienda llegó a las manos de D. Alonso Dávalos de Bracamonte el 27 de agosto de 1692. Este primer Conde de Miravalle ya era dueño de las haciendas de San Juan y San José en Compostela, Nayarit, y de otras dos, San Juan de las Tablas y San Ildefonso en el Estado de México. Poseedores de tan vastos dominios y al nacer su primogénito don Pedro Dávalos Bracamonte Espinosa e Híjar, pensaron en la institución de un Mayorazgo. El tomo 88 de los citados contiene el documento de institución, que nosotros resumimos: “La Condesa Doña Catalina por sí y en nombre de Don Alonso Dávalos Bracamonte Primer Conde de Miravalle, su marido, usando de la facultad Real, que tuvieron para fundar un mayorazgo, dos o tres, Instituyó uno de 200 000 pesos sobre diferentes casas, haciendas, sitios, tierras y bienes, que en ello se expresan, llamando a la sucesión al dicho don Pedro Alonso, su hijo primogénito, a sus hijos legítimos, nietos, bisnietos y demás descendientes legítimos, y a falta de su línea a Don Alonso Alejo y a la suya y a falta de este a D. José Antonio y a su falta a Doña María Magdalena.

Don Pedro Alonso, como ya se dijo, hizo matrimonio con la rica heredera de la inmensa propiedad de D. Manuel de Orozco Tovar, padre de Doña Antonia Francisca. De esta manera el segundo Conde de Miravalle heredó dos clases de bienes, los del Mayorazgo y los libres de su esposa. A los bienes del mayorazgo estaba sumada la famosa Vara de alguacil de la Santa Cruzada, insignia nobiliaria que podía ser transferida y que tenía aparte de su gran valor numismático y honorífico, era estimado en una suma de cien mil pesos o más en oro, Vara que con el título adquirió el primer conde.

En el matrimonio del segundo Conde hubo un primogénito, pero murió “infante”. Entonces llegó María Magdalena Catharina, siendo mujer no tenía derecho a la herencia, pero había una flexibilidad en las leyes nobiliarias para hacer mediar los subterfugios. Ella se llamaba Catharina, mediante un juicio legal se le transfirió el nombre por el de Catalina, que por Real disposición, éste nombre no estaba excluido del derecho de heredad. Fue hecho el movimiento para que la futura Tercera Condesa heredara el mayorazgo, que había sido instituido el 6 de febrero de 1713, cuando la niña tenía 12 años.

Para 1805 el mayorazgo estaba en manos de uno de los nietos de la Condesa, D. Pedro Trebuesto y Moctezuma, casado con Doña María de las Angustias Casasola Zambrano y Chacón. En ellos, por profundos problemas matrimoniales se llegó a la separación; un litigio sonado quebrantó los bienes del mayorazgo, y aún la Vara de Alguacil Mayor de la Santa Cruzada.

Por el testamento de la Señora Condesa —que guardamos como reliquia histórica—, encontramos, declara ella bajo juramento en la Cláusula II diciendo: “Ittem: declaro, que sobre el derecho de sucesión á un Mayorazgo, que esta situado en Carmona de los Reynos de Castilla lo ha recuperado extrajudicialmente Don Diego Caro Galmo: Cuyos papeles han estado y existen entre los demás de la casa de dichos Condes de Miravalle, en esta de mi morada, es mi Voluntad, que en vista del reconocimiento de ellos, mis Alvaceas, en igual forma extrajudicial, hallando, que el dicho don Diego, y en representación suya sus herederos, tengan legítimo derecho se les entreguen, para el goce de dicha Subección, pagando primero y ante todas cosas la cantidad que se ha erogado, en los costos, y gastos para la consecución de dicho Mayorazgo: Declaro = lo referido, para que siempre conste y que se efectué lo por mi dispuesto”.

El mayorazgo bien administrado por la Condesa rindió enormes caudales de los que después de su muerte sirvieron para dar a su descendencia el bienestar de un tren de vida fabuloso.

La primera parte de este documento enviado de España al Autor, dice lo siguiente:

“Doña Maria Catharina Davalos, condesa de Miravalle en la mejor forma que haya lugar en derecho y. con las protestas legales parezco ante Vuestra Señoría Y digo que a mis derechos conviene que se me dé testimonio de estar en actual, quieta y pacifica posesión del Condado; mayorazgo y De- mas Bienes Libres por en fallecimiento de Don Pedro Davalos Bracamont mi Padre y respecto a que D. Justo Antonio de Arroyo Escribano Real tiene en su protocolo instrumento que califican esta notoriedad se a de servir Vuestra Señoría de mandar me den a continuazion de este escrito el testimonio que pido = A Vuestra Señoría suplico así lo provea y mande pido justicia pues en darme este escrito Les protesto lo necesario Vuestra Señoría entre venga — Mayorazgo y Bienes libres. La Condesa de Mira. valle. Rúbrica”.

Interim: Y por su Señoría Vista la dicha presentada mando vea que en todo por esta parte sean de proveydo el Escribano Real Don Eugenio Francisco Bermudez Pimentel Ysitomague conde de esta H. Corte. Yo Eugenio Francisco Berrnudez Pimentel. Rubricado. Francisco Javier Cerda Morán, Srio. “Rubricado.”

La XII Condesa de Miravalle, señora María del Carmen Enríquez del Mazo, Serrano y de la Sota.

Nota: Alguna de la Informacion pudiera estar mal escrita debido a que la fuente estaba en muy malas condiciones y tuvimos que adivinar palabras :)

Historias Raras

CEREMONIAS JUNTO AL RIO

Informacion Obtenida de la Monografia de Tuxpan

“Algo al oriente de ese sitio pasa el río Tuxpan, que un poco más arriba, quiere decir, en el pueblo moderno de Tuxpan, recibe las aguas del río de Angangueo. No lejos del lugar donde me mostraron esa piedra labrada, el profesor Miguel Sevilla Chávez y el agente de Excélsior, señor Fausto Esquivel, y don Filiberto López Maya, se encuentran las ruinas de una plataforma, que pudo haber sido utilizada por los sacerdotes de la antigua Tuxpan para hacer ceremonias especiales.

“Alguien sugiere que la figura de la lápida labrada en hueco a que me referí renglones atrás, puede ser el nombre o epíteto de algún dios: Uno, Serpiente.

“De paso diré que lo imperfecto de esa cultura está muy de acuerdo con lo que sabemos de los tarascos: que no eran hábiles en eso de esculpir en piedra.

“De su ánimo belicoso, y mejor aún, de la necesidad que deben de haber tenido de defenderse, hablan elocuentemente las muchas puntas de flecha y lanza que conseguí en Tuxpan. Entre las primeras, encuentra uno cuatro clases, y principalmente, tres de las mencionadas por los autores que han estudiado estos asuntos: las triangulares, las de hoja de laurel y las de aleta de pescado, denominaciones que son bastante significativas.

“Para terminar, diré que los datos que aquí consigno, fueron recogidos en una sola mañana, con la ayuda de don Ramón Aréstegui, cuya finca ‘Pomoquita’ fue el centro de operaciones de nuestra labor. Por lo tanto, pienso que si el gobierno de Michoacán hiciere un esfuerzo y emprendiere algunas excavaciones en forma, podrían encontrarse datos aun más valiosos para la historia, que los que aquí publico.

“Los fragmentos más abundantes son los de color rojo sobre crema, o rojo sobre negro. Su examen ha servido para determinar la forma de las vasijas a que pertenecieron. Pero, sobre todo, para hacer de Tuxpan una cronología provisional, que paso a explicar.

“Hoy día, los arqueólogos distinguen varios horizontes culturales en la zona central de México.

Helas aquí, con los años que se les calculan de una manera muy aproximativa:

“Formativo: del siglo y antes de Cristo, al principio de nuestra era.

“Clásico: del principio de nuestra era, del año 1 000, más o menos.

“Culturas Locales: del año 1 000 al 1 325, y

“Mixteca: de 1 325 a 1 500 de nuestra era.

“Por lo que hace a la zona tarasca, se enumeran estas culturas: “Chupícuaro: anterior a nuestra era, y con una duración no determinada, pero que puede abarcar varias centurias; “Jiquilpan: que se alarga hasta el año 1 000 de nuestra era; y “Tzintzuntzan, subdividida en tres fases, la más reciente de las cuales, llega hasta el principio del siglo XVI de nuestra era.

“Pues bien: los tiestos recogidos en Tuxpan, sirven para señalar provisionalmente tres periodos: Tuxpan 1, relacionado con Chupícuaro y la Primera Época de Teotihuacán; Tuxpan II, relacionado con Jiquilpan y cierta cerámica matlatzinca, y Tuxpan III, el más reciente, relacionado con las épocas antigua y media de Tzintzuntzán. Repito, que si hay una época Tuxpan posterior a esas tres, su existencia será señalada por el hallazgo de cerámicas más recientes que las que yo recogí.”



“EXCÉLSIOR, 31 de marzo de 1973

BASTION TARASCO No. 9

Averígüelo, Vargas!

NADIE SE EXPLICA CÓMO ROBARON UN MONOLITO

DE TRES Y MEDIA TONELADAS

Por Francisco Lozano G.

“Las autoridades federales aún se están haciendo “cruces” para resolver cómo fue hurtada de la zona arqueológica de San Felipe de los Alsati, Michoacán, una escultura monolítica de más de tres y media toneladas de peso.

“En unas cuantas horas, el robo fue resuelto por la policía judicial federal, empero se sigue investigando la “técnica” que se utilizó para transportar de un pueblo a otro, la joya arqueológica, la cual está depositada en una iglesia.

“Comprobaron los judiciales que se encuentra en el templo de Zirahuato, Michoacán, a donde la llevaron los vecinos, según dicen, por supuestas rencillas con el vigilante de la zona arqueológica antes señalada.

“Representa la escultura, según los peritajes realizados por los técnicos de la Procuraduría de la nación, un animal salvaje que formaba parte de la estructura de los edificios del Centro Ceremonial de la zona, con influencia tarasca que se desarrolló en el horizonte clásico de los años 500 y 1000 después de Cristo.

“De acuerdo con las investigaciones practicadas por la policía judicial federal, no existen, por el momento, inculpados, sin embargo, el vigilante de la zona está sujeto a pesquisas especiales, por ello no se reveló el nombre del interfecto.

“Como señalamos anteriormente, el monolito se encuentra en la iglesia de Zirahuato, donde quedó al cuidado del presidente municipal de Zitácuaro.

“Últimos informes señalan que los vecinos se llevaron a ese lugar la gran pieza (se acuerdan de los problemas para trasladar a Tláloc) para evitar que fuera robada. ¿Será?

“Trivialmente desde siglos inmemorables, Ziráhuato perteneció al Señorío de Tuxpan; ya tarasco, fue convertido en bastión purépecha; durante la Colonia fue parte de El Condado de Miravalle; políticamente, Ziráliuato dejó de pertenecer a Tuxpan en 1864. El área arqueológica ciertamente perteneció a Ziráhuato y no a San Felipe los Alzati.”

Informacion Obtenida de la Monografia de Tuxpan

Artesanias

Informacion Obtenida de la Monografia de Tuxpan, Michoacan.

Aquello se acabó. Ya nadie consagra su habilidad creativa en artesanía alguna, fuera de las femeniles de costura y tejido en que de tiempo en tiempo se ha descollado mediante entregas y pedidos por las damas capitalinas de conjuntos para vestido y otra variedad de prendas, mantelería y ropa para bebé. El incremento de estos productos que inundaron el mercado por parte de las fábricas, sofocaron el avance de esta industria textil artesanal. Algo se sigue entregando al comercio, pero ello no cuenta para estadística notable. Únicamente habrá de señalarse el año de 1924 en que llegó a Tuxpan la primera máquina tejedora comprada por don Federico L. Maya. Antes de ese año el tejido de gancho con hilazas, el bordado con seda e hilos para el punto de cruz realizaron verdadera creación cuyo consumo fue puramente local. El bolillo y el rococó para los encajes en su tiempo constituyó artesanía muy peculiar de hábiles mujeres de Tuxpan, habiendo llegado a producir regulares cantidades que no sólo abastecieron el consumo lugareño, sino que tales encajes fueron muy solicitados en Zitácuaro, la antigua Taximaroa, Angangueo, Tlalpujahua, Maravatío y Jungapeo. También esa fuente de ingreso ha terminado.

Otra artesanía de que ya se hizo alguna mención fue el de la cestería que provino desde la época indígena mediante el empleo del mimbre y del carrizo. Bien puede afirmarse que durante 500 años el tejido de ambas materias primas para cestos, laicales, jaulas, los canastos panaderos y objetos de ornato, dio a Tuxpan la peculiaridad de su constante comercio con afluencia de demanda. El exterminio de las plantas generadoras de material determinó la total suspensión de esta artesanía, la única de nuestros indios, la única particular de Tuxpan durante la colonia hasta 1954 en que los dos últimos artesanos dejaron de producir.

Sin remontar los años demasiado por carecer de información, desde 1870 a 1922 0. Albino Camacho padre y D. Albino Camacho hijo eran en el pueblo los proveedores de objetos para juegos infantiles de temporada: trompos, valeros, perinolas y bólidos, sin sujeción a cantidad, establecida por la demanda interior únicamente.

Fue músico. Tocaba el violín y Pulsaba la guitarra y la mandolina, pero fabricaba para él sus instrumentos y aún por encargo vendía. Desde su juventud hasta su muerte en ello se ocupó. Su nombre fue Juan Colín. Se ignora cuánto produjeron sus hábiles manos, nadie recogió su herencia artesanal.

Historia Electoral

Cronología de Presidentes Municipales


1901 Onesimo Lopez (15 de Octubre de 1900 al 14 de Enero de 1901)
1901 Gilberto Valdespino (17 de Enero al 15 de Marzo)
1901 Silvestre García (19 de Marzo al 19 de Abril)
1901 Gilberto Valdespino (20 de Abril al 11 de Mayo)
1901 P. urquiza (20 de Abril al 11 de Mayo)
1901 Rafael V. Martínez (17 de Septiembre al 14 de Enero de 1902)
1901 Jesus B. Urquiza (18 de Enero al 12 de Abril)
1902 Rafael V. Martínez (14 de Abril al 14 de Mayo)
1902 Jesus B. Urquiza (15 de Mayo)
1902 Meliton Nateras Merlos (15 de Mayo al 13 de Septiembre)
1902 Onecimo López (17 de Septiembre al 16 de Diciembre)
1902 José R. Soto (18 de Diciembre al 05 de Enero de 1903)
1903 Silvestre García (08 de Enero al 10 de Abril)
1903 Onecimo López (20 de Abril al 21 de Mayo)
1903 Vicente González (22 de Mayo al 01 de Agosto)
1903 Onecimo López (01 de Agosto al 19 de Septiembre)
1904 Gilberto Valdespino (01 al 21 de Enero)
1904 Melchor O. Rubio (21 de Enero al 15 de Febrero)
1904 R. M. López (17 de Febrero al 13 de Septiembre)
1904 Miguel Higareda (20 de Septiembre al 31 de Diciembre)
1905 Vicente González (01 de Enero al 13 de Mayo)
1905 Ventura A. Valdez (16 de Mayo al 04 de Agosto)
1905 Vicente González (05 al 14 de Agosto)
1905 Ventura A. Valdez (15 de Agosto al 15 de Septiembre)
1905 H. Nieto (17 de Septiembre al 18 de Octubre)
1905 Cirilo Leyva (21 de Octube al 26 de Diciembre)
1906 Cirilo Leyva (01 al 08 de Enero)
1906 R. Camparan (09 al 11 de Enero)
1906 Cirilo Leyva (11 de Enero al 07 de Marzo)
1906 R. Camparan (07 de Marzo al 17 del mismo)
1906 H. Nieto (17 de Marzo al 06 de Abril)
1906 Martin Leyva (07 al 08 de Abril)
1906 Cirilo Leyva (09 de Abril al 15 de Mayo)
1906 R. Camparan (16 de Mayo al 24 de Julio)
1906 H. Nieto (25 de Julio al 24 de Agosto)
1906 R. Camparan (25 de Agosto al 12 de Septiembre)
1906 Onofre Vazquez (17 de Septiembre al 31 de Diciembre)
1907 Onofre Vazquez (01 de Enero al 15 de Febrero)
1907 Onofre Lopez (16 de Febrero al 19 de Abril)
1907 Onofre Vazquez (22 de Abril al 19 de Agosto)
1907 J. M. Bucio (22 de agosto al 14 de Septiembre)
1907 Silvestre Garcia (18 de Septiembre al 23 de Noviembre)
1907 J. T. Nateras (26 de Noviembre al 23 de Diciembre)
1907 Silvestre García (28 al 31 de Diciembre)
1908 J. T. Nateras (01 de Enero al 08 de Mayo)
1908 Onofre Vazquez (09 de Mayo al 15 de Junio)
1908 G. Vaca (16 de Junio al 20 de Agosto)
1908 Onofre Vazquez(20 de Agosto al 15 de Septiembre)
1908 Manuel G. Salas (17 de Septiembre al 19 de Diciembre)
1908 Melchor O. Rubio (21 al 31 de Diciembre)
1909 Manuel G. Salas (01 al 28 de Enero)
1909 Simón S. Martínez (28 de Enero al 20 de Abril)
1909 Manuel G. Salas (21 de Abril al 08 de Mayo)
1909 Manuel S. Martínez (10 al 29 de Mayo)
1909 Onecimo Lopez (31 de Mayo al 17 de Septiembre)
1909 Silvestre Garcia (17 de Septiembre al 04 de Diciembre)
1909 J. T. Nateras (05 al 31 de Diciembre)
1910 J. T. Nateras (01 al 06 de Enero)
1910 Silvestre Garcia (07 de Enero al 15 de Enero
1910 J. T. Nateras (15 de Enero al 17 de Mayo)
1910 Onofre Vazquez (18 de Mayo al 29 de Septiembre)
1910 Onecimo Lopez (30 de Septiembre al 22 de Octubre)
1910 Simón S. Martínez (26 de Octubre al 22 de Noviembre)
1910 Onofre Vázquez (24 de Noviembre al 31 de Diciembre)
1911 Onofre Vázquez (01 al 31 de Enero)
1911 Leonardo Soto (01 de Febrero al 02 de Marzo)
1911 Onofre Vázquez (02 de Marzo al 20 de Abril)
1911 Leonardo Soto (22 de Abril al 15 de Junio)
1911 Onecimo López (15 de Junio al 15 de Septiembre)
1911 Melchor O. Rubio (18 e Septiembre al 06 de Octubre)
1911 Victor Merlos (06 de Octubre al 06 de Noviembre)
1911 Federico L. Maya (06 de Noviembre al 30 de Diciembre)
1912 Federico L. Maya (01 al 24 de Enero)
1912 Filadelfo Urquiza (24 de Enero al 23 de Abril)
1912 Efrain Bucio Cianca (24 de Abril al 14 de Mayo)
1912 Victor Merlos (17 de Mayo al 22 de Julio)
1912 Filadelfo Urquiza (22 de Julio al 14 de Agosto)
1912 Victor Merlos (15 de Agosto al 14 de Septiembre)
1912 Juan Marin Ortiz (17 de Septiembre al 12 de Octubre)
1912 Luís Nateras M. (12 de Octubre al 08 de Noviembre)
1912 Juan Marín Ortiz (11 de Noviembre al 30 de Diciembre)
1913 Juan Marín Ortiz (01 al 15 de Enero)
1913 Vicente González (18 de Enero al 05 de Marzo)
1913 Juan Marín Ortiz (06 de Marzo al 04 de Abril)
1913 Vicente González (04 de Abril al 16 de Mayo)
1913 Vicente “X” (16 de Mayo al 20 de Junio)
1913 Luís Nateras M. (24 de Junio al 27 de Agosto)
1913 Vicente González (28 de Agosto al 12 de Septiembre)
1913 Federico Maya (17 al 25 de Septiembre)
1913 del día 25 de septiembre al 31 Noviembre no se cuenta con información
1913 Cirilo Leyva (01 al 31 de Diciembre)
1914 Roman Cerda (05 al 15 de Enero)
1914 Cirilo Leyva (04 de Febrero al 7 de Marzo)
1914 Arnulfo Arellano (09 de Marzo al 14 de Abril)
1914 J. Guadalupe Nateras (15 de Abril al 15 de Mayo)
1914 Román Cerda (20 de Mayo al 17 de Junio)
1914 R. B. Lopez (17 de Junio al 26 de Julio)
1914 Onecimo Lopez (05 de Agosto al 31 de Diciembre)
1915 Onecimo Lopez (01 de Enero al 03 de Febrero)
1915 Bonifacio Gutierrez (03 de Febrero al 14 de Mayo)
1915 Juan Urquiza (17 de Mayo al 30 de Junio)
1915 Filadelfo Urquiza (01 de Julio al 31 de Diciembre)
1916 Filadelfo Uquiza (01 Enero al 24 de Julio)
1916 Candido Reyes (24 de Julio 31 de Diciembre)
1917 Anselmo Palomino y S. (11 de Enero al 14 de Marzo)
1917 Filadelfo Urquiza (14 de Marzo al 15 de Marzo)
1917 Enrique Lopez (16 de Marzo al 16 de Abril )
1917 David L. Coria (16 de Abril al 17 de Mayo)
1917 Candido Reyes (19 de Mayo al 31 de Julio)
1917 Leonardo Soto (01 de Agosto al 19 de Octubre)
1917 Candido Reyes (23 de Octubre al 31 de Diciembre)
1918 Cando Reyes (01 de Enero al 27 de Marzo)
1918 Miguel Solórzano (02 de Abril al 02 de Noviembre)
1918 Daniel M. Gutiérrez (11 de Noviembre al 28 de Diciembre)
1919 No existen registros desde el 01 de Enero de 1919 si no hasta el 24 de Marzo presuntamente fue Daniel M. Gutiérrez
1919 Paulino Maya (24 de Marzo al 18 de Junio)
1919 J. L. Soto (18 de Junio al 31 de Diciembre)
1920 Ladislao Castillo (02 de Enero al 31 de Diciembre)
1921 Ezequiel Correa (01 de Enero al 29 de Octubre)
1921 Alfredo Garcia (29 de Octubre al 31 de Diciembre)
1922 Onofre E. Vazquez (01 de Enero al 08 de Abril)
1922 Candido Reyes (08 de Abril al 31 de Diciembre)
1923 Maximo Vazquez (01 de Enero al 01 de Junio)
1923 Benjamín Gutiérrez (02 de Junio al 17 de Noviembre)
1923 Pablo Díaz Alcalá (17 de Noviembre al 31 de Diciembre)
1924 Gamaliel Baca (01 de Enero al 25 del mismo mes)
1924 Manuel Rubio Rangel (29 de Enero al 23 de Junio)
1924 R. A. Vilchis (28 de Junio al 20 de Septiembre)
1924 Gamaliel Baca C. (08 de Octubre al 31 de Diciembre )
1925 Benjamín López Martínez (01 de Enero al 31 de Diciembre)
1926 Benjamin Lopez Marín (01 de Enero al 25 de Octubre)
1926 Fermuin Esquivel Marín (28 de Octubre al 12 de Diciembre)
1926 Benjamin Lopez Marin (14 de Diciembre al 31 del mismo mes)
1926 Maximo Vazquez (01 de Enero al 01 de Junio)
1927 Modesto Garcia (06 de Enero al 11 de Febrero)
1927 Pablo Diaz Alcala (12 de Febrero al 31 de Diciembre)
1928 Netzahualcoyotl Valdespino (06 de Enero al 07 de Agosto)
1928 Pablo Diaz Alcala (09 de Agosto al 31 de Diciembre)
1929 Maximo Vazquez (01 al 26 de Enero)
1929 José Ma. Chavez (29 de Enero al 20 de Abril)
1929 Antonio Valdespino Soto (22 de Abril al 31 de Diciembre)
1930 Antonio Valdespiono Soto (01 de Enero al 31 de Diciembre)
1931 Moises Alcaute (01 de Enero al 02 de Octubre)
1931 Saul Guillen (02 de Octubre al 10 de Noviembre)
1931 Moises Alcaute (10 de Noviembre al 31 de Diciembre)
1932 “X” Valdespino (01 de Enero al 31 de Diciembre)
1933 J. Jesús Valdespino Soto (01 de Enero al 25 de Noviembre)
1933 Ruben Garcia (27 de Enero al 31 de Diciembre)
1934 Cirilo Ortiz (01 de Enero al 04 de Abril )
1934 Gregorio Soto Jiménez (05 de Abril al 29 de Junio)
1934 Bonifacio Carrillo (01 de Julio al 06 de Octubre)
1934 Melecio C. Albarran (07 de Octubre al 19 de Diciembre)
1934 Cirilo Ortiz (25 al 31 de Diciembre)
1935 Gregorio Soto Jiménez (02 de Enero al 31 de Agosto)
1935 Enrique Coria (22 de Agosto al 31 de Diciembre)
1936 Jacob Serna (01 de Enero al 31 de Marzo)
1936 Pablo Suárez Urbina (01 de Abril al 29 de Junio)
1936 Filemon Rivera (03 de Julio al 29 de Septiembre)
1936 Netzahualcoyotl Valdespino (04 de Octubre al 31 de Diciembre)
1937 Netzahualcoyotl Valdespino (01 de Enero al 31 de Diciembre)
1938 Moises Alcaute (01 de Enero al 05 de Marzo)
1938 Gustavo Izazaga (Militar) (09 de Marzo al 31 de Diciembre)
1939 Gustavo Izazaga (Militar) (01 de Enero al 31 de Marzo)
1939 Antonio Valdespino Mendez (01 de Abril al 31 de Diciembre)
1936 Netzahualcoyotl Valdespino (04 de Octubre al 31 de Diciembre)
1940 Enrique Medina
1940 José María Nateras
1940 Enrique Medina
1941 Waldemar Cejudo Valdespino
1942 Gamaliel Baca
1943 Arturo Martínez Marín
1944 Areli Colín
1945 Pedro Cancino Arevalo
1946 Luis Valdespino Argueta
1947 Pablo Díaz Alcalá
1951 Alfonso Tello Díaz PRI
1951 J. Jesús Méndez Díaz PRI
1948-1950 Rodolfo Leyva Ruiz PRI
1951-1952 Gilberto Valdespino Leyva PRI
1953 Guadalupe Rocha Maya PRI
1954-1955 Oberon López Coría PRI
1956 Isaac Paredes Pérez PRI
1957-1959 Manuel Blanco Rubio PRI
1960-1962 Samuel Moreno Padilla PRI
1963-1965 Serapio Mejía Palomares PRI
1966-1968 Virgilio González Valdespino PRI
1969-1971 Daniel Cárdenas Hernández PRI
1972-1974 Manuel Blanco Rubio PRI
1975-1977 Jorge Moreno Gómez PRI
1978-1980 Rodolfo Bustamante Martínez PRI
1981-1983 Samuel Carmona Hinojosa PRI
1984-1986 Ranulfo Mancilla Espinoza PRI
1987-1989 Rodolfo Cerna Rodríguez PRI
1990-1991 Arturo Martínez Nateras PARM
1992 Vinicio Arteaga Urquiza PARM
1993-1995 Refugio Cardona González PRI
1996-1998 Virgilio Bucio Reta PAN
1999-2001 Gilberto Coria Gudiño PRI
2002-2004 Salvador Pérez Pérez PRI
2005-2007 Gilberto Coria Gudiño PRI
2008-2011 Santiago Blanco Nateras PRI

Hombres y Mujeres Celebres

Extracto de la Monografia de Tuxpan

D. BENEDICTO LÓPEZ

Héroe de la insurgencia mexicana, es el hombre más antiguo de quien se tiene noticia histórica. Su familia, originaria de Patámbaro, en este lugar nació, o bien en Tuxpan, tal como se dice en la fe de bautismo tomada del Libro No. 7 sin número de partida, pero que habla de haber recibido las aguas del bautismo el 15 de julio de 1775; que sus padres fueron U. Santiago López y doña Manuela Basilia Tejeda, y que tuvo por padrinos a D. Florencio Beltrán y Doña Maria Rivera, indicando expresamente haber nacido en Tuxpan.

Don Benedicto López fue primo hermano de los hermanos López Rayón, porque la madre de éstos fue hermana de D. Santiago, debiendo advertirse que en el tiempo de estas familias los hijos acostumbraban anteponer el apellido materno al paterno, por lo que los hermanos Rayón debieron ser Rayón López y no López Rayón, como ellos se llamaron y son conocidos en la historia.

Nuestro biografiado fue un rico ranchero de Patámbaro, honradote y trabajador, buen amo y gran amigo. Los domingos bajaba de Patámbaro, ya a Tuxpan, ya a Jungapeo, algunas veces a Zitácuaro; en todos los lugares era estimado por su gran don de gentes. Al tenerse noticia del movimiento de Dolores, aunque él y sus primos ya formaban parte de la conspiración, los Rayón en Tlalpujahua y D. Benedicto en Tuxpan se levantaron en armas; aquéllos penetraron hasta Tuzantla, D. Benedicto a Tuxpan, Jungapeo y Zitácuaro, plaza que puso en manos del Lic. Rayón. Activo Guerrillero, incursionó por diversos lugares del Estado de México, la mitad de Michoacán; estuvo en el Fuerte de Jaujilla y en el de Cóporo. En este lugar fue hecho prisionero cuando trataba de introducir implementos a D. Nicolás Bravo que defendía el Fuerte; fue llevado a Tuxpan y en el atrio del templo fue fusilado el 29 de noviembre de 1817.

D. MIGUEL MARTÍNEZ

Gran jurisconsulto, distinguido periodista y celebrado polemista, fue también investigador y erudito historiador. Nació en Tuxpan el 28 de septiembre de 1821, un día después de que el Ejército Trigarante hiciera su gloriosa entrada en la ciudad de México. Fueron sus padresU. Gregorio Martínez y doña Ramona Jacoba Jiménez. Hizo los primeros estudios superiores en el Seminario Tridentino de Morelia; no teniendo vocación religiosa, pasó al Colegio de San Nicolás de Hidalgo donde se recibió de abogado en 1843.

Fue encarcelado por haber difundido en la prensa escritos de protesta en contra de la Constitución de 1857. Libre ya, fue director del periódico La Voz de México, donde volvió a escribir en contra del gobierno por la incaptación del famoso Colegio de la Enseñanza en 1867. Fue vuelto a encarcelar. Desde la prisión, ofrecido el caso de los problemas de México y Guatemala por la región del Soconusco, que esta República quería anexarse, escribió un sonado articulo en contra de Guatemala, artículo que le valió el aplauso nacional y la admiración de U. Ignacio Mariscal, Ministro de Relaciones, quien hizo reproducir por millares el escrito para hacerlo llegar a todos los pueblos del país. En su obra literaria tradujo obras clásicas del francés al castellano; dejó muchos manuscritos, habiendo visto publicada la primera parte de su libro “Monseñor Clemente de Jesús Munguía y sus escritos”. La muerte le sorprendió el 11 de junio de 1885 sin haber logrado sus anhelos. El Lic. U. José Ugarte quiso a su vez recopilar los manuscritos del ilustre abogado tuxpeño, sin haberlo logrado tampoco.

Puente de Pueblita


Como obra de arquitecto, es todo un monumento ya colonial, pero de ese tipo. En tanto el pueblo permaneció en el viejo solar del cerro de La Víbora, no hubo necesidad de puente más que el llamado de Los Indios, cuyos muros visibles aún hace 30 años, han sido sepultados por la Presa. La señora Condesa mandó construir frente a su casa un puente estilo romano, allá por 1730, que durante muchos años fue conocido con el nombre de Puente Viejo y corrió la misma suene que el anterior.

Cuando se verificó el traslado de Tuxpan si hubo necesidad de un puente, habiéndose construido con cal y canto y planchones de madera. En 1827 el Ayuntamiento de entonces decidió construir un puente más viable y seguro; solicitado e’ permiso para gravar el paso a arrieros y peatones, pudieron cobrarlo durante 15 años, habiendo logrado reunir la cantidad de $900.00, suma sin consideración para la magnitud de la obra. Pero el Ayuntamiento de 1842 resolvió emprender el trabajo haciendo venir al arquitecto moreliano don Felipe Dávalos, celebrándose el contrato correspondiente; por la mano de obra iban a ser cobrados los siguientes sueldos:

Arquitecto: Diez Reales

Albañiles. Seis Reales

Peones: Cuatro Reales

La obra fue comenzada un día lunes, el 23 de marzo de 1846, y terminada en 851, pero no fue sino hasta restablecida la República cuando en ceremonia solemne y en memoria del Gral. Manuel García Pueblita, le fue dado este nombre. En la placa conmemorativa indica el costo del trabajo