lunes, 7 de julio de 2008

Artesanias

Informacion Obtenida de la Monografia de Tuxpan, Michoacan.

Aquello se acabó. Ya nadie consagra su habilidad creativa en artesanía alguna, fuera de las femeniles de costura y tejido en que de tiempo en tiempo se ha descollado mediante entregas y pedidos por las damas capitalinas de conjuntos para vestido y otra variedad de prendas, mantelería y ropa para bebé. El incremento de estos productos que inundaron el mercado por parte de las fábricas, sofocaron el avance de esta industria textil artesanal. Algo se sigue entregando al comercio, pero ello no cuenta para estadística notable. Únicamente habrá de señalarse el año de 1924 en que llegó a Tuxpan la primera máquina tejedora comprada por don Federico L. Maya. Antes de ese año el tejido de gancho con hilazas, el bordado con seda e hilos para el punto de cruz realizaron verdadera creación cuyo consumo fue puramente local. El bolillo y el rococó para los encajes en su tiempo constituyó artesanía muy peculiar de hábiles mujeres de Tuxpan, habiendo llegado a producir regulares cantidades que no sólo abastecieron el consumo lugareño, sino que tales encajes fueron muy solicitados en Zitácuaro, la antigua Taximaroa, Angangueo, Tlalpujahua, Maravatío y Jungapeo. También esa fuente de ingreso ha terminado.

Otra artesanía de que ya se hizo alguna mención fue el de la cestería que provino desde la época indígena mediante el empleo del mimbre y del carrizo. Bien puede afirmarse que durante 500 años el tejido de ambas materias primas para cestos, laicales, jaulas, los canastos panaderos y objetos de ornato, dio a Tuxpan la peculiaridad de su constante comercio con afluencia de demanda. El exterminio de las plantas generadoras de material determinó la total suspensión de esta artesanía, la única de nuestros indios, la única particular de Tuxpan durante la colonia hasta 1954 en que los dos últimos artesanos dejaron de producir.

Sin remontar los años demasiado por carecer de información, desde 1870 a 1922 0. Albino Camacho padre y D. Albino Camacho hijo eran en el pueblo los proveedores de objetos para juegos infantiles de temporada: trompos, valeros, perinolas y bólidos, sin sujeción a cantidad, establecida por la demanda interior únicamente.

Fue músico. Tocaba el violín y Pulsaba la guitarra y la mandolina, pero fabricaba para él sus instrumentos y aún por encargo vendía. Desde su juventud hasta su muerte en ello se ocupó. Su nombre fue Juan Colín. Se ignora cuánto produjeron sus hábiles manos, nadie recogió su herencia artesanal.

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